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Prevención del embarazo y maternidad en adolescentes: una prioridad de políticas públicas para la protección social en el país

Recientemente se puso a circular el estudio “Costos del Embarazo y la Maternidad en la Adolescencia en la República Dominicana” auspiciado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el  Programa de Estudios Socio Demográficos del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).  El estudio estuvo a cargo del Centro de Estudios de Género de INTEC   y participó un equipo de investigadores en la que fui parte integrante, conjuntamente con la antropóloga Tahira Vargas, la experta en el tema Indiana Barinas y el epidemiólogo y médico Regil Pérez Herasme. La coordinación de la investigación estuvo a cargo de la economista Consuelo Cruz.

Los resultados de la investigación han tenido una cobertura importante en la prensa y los diversos medios de comunicación.   Me ha tocado como parte del equipo presentarlo conjuntamente con la representante de la UNFPA en el país, Sonia Vásquez. ¿Por qué este estudio ha llamado tanto la atención?  Porque “el embarazo y la maternidad  en adolescentes representan uno de los principales desafíos de las políticas públicas en el país, dado su alto nivel de prevalencia y persistencia en la última década. Su impacto deriva en un aumento en la morbilidad y mortalidad de las madres y los recién nacidos, así como las consecuencias sociales que implica la temprana carga para las madres adolescentes” (INTEC-UNFPA, 2014).

¿Cómo es posible que la República Dominicana siga encabezando la lista de los países con mayor tasa de fecundidad en adolescentes en América Latina y el Caribe detrás de Nicaragua, Honduras, Venezuela y Ecuador? Como lo revela el informe, no se evidencian cambios en el último quinquenio de la pasada década, por lo que el país sigue teniendo una tasa de embarazo reportado que supera el 22% en las adolescentes de 15 a 19 años.

¿Por qué debe importarnos el embarazo en adolescentes?  Porque son las niñas y adolescentes más pobres y las que tienen un nivel educativo más bajo, las más afectadas. Tal como lo indica el estudio “las adolescentes con nivel de instrucción básico o primario presentan un porcentaje de embarazos siete veces mayor a las que tienen nivel universitario”  Pero, lo más importante, es que el embarazo y la maternidad a temprana edad aumentan la probabilidad de que la adolescente sea pobre entre un 16% y 28%. De igual manera, aleja a las niñas y adolescentes de las escuelas, impidiendo que las mismas rompan con la transmisión intergeneracional de la pobreza.  El embarazo a temprana edad troncha el proyecto de vida de las niñas y adolescentes y representa una alta carga social y financiera para los hogares y la sociedad en general.  De la misma manera, implica altos riesgos de salud para las adolescentes y sus hijos/as.

¿Por qué se mantienen altos los niveles de embarazo y maternidad en adolescentes en el país? Porque hay que romper con los patrones de crianza predominantes en el país donde se subordina el papel de las mujeres en la sociedad; y, particularmente, por fallas graves en las políticas públicas para prevenir el embarazo en niñas y adolescentes en el país.  Sobre este aspecto el estudio identificó un gran rezago en la educación sexual en el país, pues solo el 7% de la población estudiantil es recipiente del Programa de Educación Afectivo-Sexual.  Por su parte la tasa de uso de anticonceptivos es insuficiente y su disponibilidad es prácticamente nula en los diferentes niveles de atención en salud en el país. 

En el ámbito de la atención del embarazo y la maternidad en adolescentes, el estudio identificó importantes brechas en el programa vertical de atención integral al adolescente en todos los niveles de atención.  Las niñas y adolescentes ya embarazadas llegan tarde a sus controles pre-natales, lo que representa un detonante del riesgo asociado al embarazo a temprana edad. 

La parte central del estudio fue la estimación del costo de la atención del embarazo y la maternidad en adolescentes en el país.  A partir del costeo del protocolo de atención según las normas nacionales dictadas por el Ministerio de Salud Pública, se estimó que el embarazo y la maternidad en adolescentes tienen un costo anual de 2,103.3 millones de pesos. De este monto, los hogares financian directamente el 34.6% o 728.7 millones de pesos anuales.  Esto provoca mayor desigualdad tomando en cuenta que son los más pobres los más afectados por el embarazo y maternidad en adolescentes.

El país cuenta con un Plan Estratégico Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes para el período 2011-2016 cuya inversión para la implementación ha sido estimada en 64 millones de pesos anuales.  Sin embargo, los escasos recursos para implementar las diferentes intervenciones necesarias para una adecuada cobertura de servicios de salud amigables y de calidad para los y las adolescentes, y la ausencia de empoderamiento a nivel comunitario de los servicios públicos para prevenir el embarazo temprano; han limitado su implementación y efectividad.

El embarazo en adolescentes es una prioridad de políticas públicas.  Invitamos a los lectores leer con detenimiento el informe visitando la siguiente dirección web:



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